No hay que olvidar que Galicia fue una de las pocas regiones de España que continuó celebrando el carnaval a pesar de la prohibición.
Hoy la importancia del Entroido es tal que ocho carnavales gallegos exhiben con orgullo la calificación oficial de «Fiesta de Interés Turístico». Y más de 175 municipios de Galicia han declarado festivo el Lunes o Martes de Carnaval o el Miércoles de Ceniza. Una celebración por todo lo alto a la que cualquiera puede unirse. Eso sí, conviene ir disfrazado… ¡de lo que sea! Aquí lo que se valora es el espíritu participativo y las ganas de divertirse. Sin disfraz uno corre el riesgo de sufrir unos golpes de fusta; de que le echen harina u hormigas vivas; o de tener que invitar a una ronda de vinos. Es la ley. Hay también otra ley que se cumple a rajatabla: la de los banquetes gastronómicos. Porque en Galicia O Entroido se acompaña siempre de una buena mesa. Una cocina de suculentos platos, perfecta para reparar fuerzas, que tiene como protagonista al cerdo y de acompañantes a las patatas, los grelos y los garbanzos. De postre, filloas, orellas, bica; y de remate, un buen licor café. El mejor del mundo.
En Galicia hay siete carnavales que tienen reconocimiento de interés turístico.
Dos son Fiestas de Interés Turístico Nacional: el Entroido de Xinzo de Limia (con las pantallas) y el Entroido de Verín (con los cigarróns). Cinco de ellas tienen el reconocimiento de Festas de Galicia de Interese Turístico: el Carnaval de Cobres (con las madamas y los galáns), el Entroido de Laza (con sus peliqueiros), el Entroido de Viana do Bolo (en el que el personaje central es el boteiro y que comparte protagonismo con la promoción del producto gastronómico de la androlla), el Folión Tradicional do Entroido de Manzaneda (con las mázcaras), los Xenerais do Ulla y el Entroido de Maceda (con los felos).